Optar por comida real es una tendencia que lleva varios años ganando seguidores. Tras décadas en las que los productos ultraprocesados copaban los estantes en el supermercado, la población ha empezado a plantearse si realmente son la mejor opción.

La dieta mediterránea es un ejemplo de alimentación saludable, por lo que en España tenemos un gran recorrido en comer de forma equilibrada. Este movimiento apuesta por volver a los alimentos frescos y realizar una compra más consciente en el supermercado.

¿Sabes qué es un ultraprocesado? ¿Y por qué limitar su consumo puede ser beneficioso para la salud?

Qué es un ultraprocesado

Los ultraprocesados son alimentos preparados de forma industrial a base de muchos ingredientes diferentes.

Se puede realizar una clasificación de los alimentos según el nivel de procesado:

  • Alimentos procesados: son preparaciones industriales que tienen más de 5 ingredientes, entre ellos aceites vegetales, o azúcares añadidos, o aditivos, o sal, o harinas refinadas o varios de ellos. Se incluyen aquí la bollería, las salsas, los cereales de desayuno, snacks, galletas, productos precocinados, bebidas energéticas… una gran parte de los alimentos que se consumen habitualmente.
  • Alimentos mínimamente procesados: se tratan para mejorar su durabilidad o facilitar el consumo, pero no para añadir más de 4 ingredientes. El alimento debe ser el componente principal. Algunos ejemplos son los yogures, el chocolate negro, el jamón ibérico, los panes integrales…
  • Alimentos sin procesar: comida en su estado natural o con el mínimo procesado. Es decir, frutas, verduras, hortalizas, frutos secos, pescados y carnes sin procesar, legumbres, marisco, huevos, leche fresca… Estos alimentos conservan todas sus propiedades y no llevan otros ingredientes añadidos, son materia prima.

Por qué elegir alimentos frescos y naturales

La Revista Española de Cardiología, la Organización Mundial de la Salud, la United European Gastroenterology y muchas otras organizaciones y entidades oficiales ya comparten e investigan los efectos de los ultraprocesados en la salud, y las conclusiones son claras: producen obesidad y enfermedades.

Cuando se elige un alimento en el supermercado normalmente se consulta su valor nutricional con el fin de observar cuántas calorías o grasa contiene, pensando que eso es lo verdaderamente importante para la salud.

Sin embargo, el movimiento realfooding apuesta por cambiar la mirada que le damos a las etiquetas para empezar a fijarnos cuántos ingredientes contienen y cuáles de ellos son naturales.

¿Cómo empiezo con el cambio?

Poco a poco. El proceso en este cambio no es sencillo, porque nuestro paladar se ha acostumbrado a los sabores muy dulces, muy salados, muy intensos. Años de haber consumido alimentos con sabores artificiales y llenos de aditivos han distorsionado nuestro sentido del gusto, pero recuperar el gusto por los sabores naturales es posible.

La idea no es restringir ni prohibir alimentos, ya que eso puede conducir a los atracones y a la ansiedad. La idea es ir introduciendo pequeños cambios como estos:

  • En vez de comprar bollería, preparar bizcochos o dulces caseros.
  • Empezar a edulcorar menos el café y el té para acostumbrar el paladar a los sabores naturales.
  • Cocinar en vez de comprar platos precocinados. Si no lo haces por falta de tiempo, tienes que leer este artículo.
  • Comer disfrutando de lo que ingieres, no haciendo otras cosas a la vez.

Sobre alimentación hay muchas corrientes, tantas que muchas veces no sabemos qué es bueno y qué malo. El mejor consejo es naturalizar, dedicar tiempo a saber qué comemos y cocinar todo lo que podamos.

Consulta precios para disfrutar de la tranquilidad de estar cubierto