Tener un hijo o una hija es un gran cambio en la vida. Pensamos que lo difícil será quedarse embarazada, y después el parto. Pero el gran reto viene cuando comienza la crianza. Educar a una personita que trae su personalidad de base y que la irá definiendo con el paso del tiempo es un desafío. 

La crianza nos produce muchas dudas, cada paso nos cuestionamos si lo estamos haciendo bien y si lo podríamos hacer mejor. Además, la presión de las redes sociales y la imagen de vidas perfectas que en ellas se proyectan hace que todavía sea más difícil.

Este post es un mensaje de tranquilidad: no tienes que ser perfecta ni saberlo todo sobre la crianza. Irás aprendiendo, irás mejorando, procura no juzgarte.

5 creencias sobre la crianza que no son verdad

1. Los bebés utilizan el llanto

Es incorrecto. Los bebés y los niños en sus primeros años no tienen otra manera de expresar sus necesidades que a través del llanto. No lo utilizan como chantaje ni para conseguir cosas que en realidad no necesitan. Es su forma de comunicación y hay que prestarle atención. 

Cuando cumplen aproximadamente 2 años los peques comenzarán a tener rabietas, y para gestionarlas correctamente debemos recordar esta premisa. Todavía no tienen herramientas para controlar sus emociones ni expresarlas de forma comedida, pero nunca las utilizarán como chantaje emocional. Hay que enseñarles herramientas para que puedan expresarse con palabras.

2. Los niños no se enteran cuando hablamos de ellos

Hay cierta tendencia a hablar de los niños incluso cuando están ellos presentes. “Es que no come nada”, “el otro día lió una que no veas”, “está muy mal hablado”… lo hacemos pensando que están a lo suyo y que no se enteran, pero en realidad se enteran de todo. En esas frases solemos evaluarlos, juzgarlos y analizarlos, así que hay que tener cuidado con los mensajes que interiorizan sobre sí mismos.

3. Lo importante en crianza es lo que les decimos frente a lo que hacemos

Por supuesto que en la crianza importa mucho lo que les decimos. Importa que les expliquemos las cosas, que les ayudemos a entender el mundo y a que se entiendan a sí mismos. Importa escucharlos con los oídos y con los ojos. Pero hay una cosa que importa más que lo que decimos: lo que hacemos. Si les estamos insistiendo en que tienen que leer y sin embargo, luego nosotros no leemos nunca, tomarán como ejemplo lo que hicimos a lo que dijimos.

4. No hay que poner límites, deben experimentar

Lo que no hay que hacer es castigar por castigar, sin que comprendan por qué ni aprendan nada. Pero sí deben tener límites definidos que garanticen su seguridad y el respeto por ellos mismos y por los demás. Según su edad podremos explicar más los límites para que comprendan el por qué de las cosas. Hay que darles libertad sin forzar, acompañando y estableciendo un marco.

5. Debemos estar siempre preocupados

Educar es un camino complicado, pero la crianza también es disfrute. Si siempre estamos tensos y preocupados por todo, dejaremos de disfrutar de esa etapa preciosa por la que pasan nuestros hijos que es la infancia. Diviértete.

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