Lo que sabemos de la COVID es todavía preliminar: aunque ha pasado tiempo y ya hay bastantes estudios a nivel mundial, quedan muchas incógnitas por resolver. Una de las más preocupantes, sobre todo para las personas que se han contagiado y han superado la enfermedad, es lo relativo a la COVID persistente.

¿Qué es la COVID persistente?

Se trata de una sintomatología persistente en pacientes que se han contagiado de la COVID-19 y lo han superado. La realidad es que no está catalogado hoy por hoy como una enfermedad ni como un síndrome. La OMS le ha asignado a esta dolencia emergente un número de asignación provisional dentro de la clasificación de nuevas enfermedades de etiología incierta.

Pese a su sintomatología incierta, hay una gran cantidad de personas (que incluso han empezado a asociarse para unir sus voces) que afirman mantener síntomas una vez superada la enfermedad.

Pero, ¿qué dicen los estudios sobre la COVID persistente?

Basaremos este artículo en la información oficial del Ministerio de Sanidad de España. Recuerda consultar siempre fuentes oficiales.

Los estudios sobre la COVID-19 persistente todavía se están realizando hoy por hoy. Según el Ministerio, se han identificado los siguientes síntomas:

Como puedes comprobar, los síntomas son muy diversos. La OMS ha llegado a identificar más de 40, y ha establecido una definición provisional:

“Se da en personas que tienen antecedentes probables o confirmados de haber pasado la enfermedad COVID-19. Se manifiesta con síntomas variados prolongados más de dos meses en el tiempo. Los más comunes son fatiga, problemas cognitivos y disnea. No puede explicarse con un diagnóstico alternativo.”

Un estudio del Instituto Nacional de Estadística de Reino Unido estima que una de cada cinco personas con COVID tiene síntomas más allá de las cinco semanas, y que una de cada diez presenta síntomas más allá de las 12 semanas.

Por qué puede suceder la aparición de la COVID persistente

No se sabe todavía por qué pueden aparecer síntomas tras pasar la enfermedad, pero se barajan 3 teorías:

  • Presencia del virus localizada en reservorios (como el epitelio del intestino delgado) desde donde seguiría activo.
  • Por una respuesta inmune desregulada en exceso.
  • A causa del daño por el efecto de autoinmunidad.

Si quieres saber más sobre lo que se sabe de la COVID persistente, puedes seguir leyendo aquí (página 50).

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