Para muchos, septiembre es realmente el momento en el que empieza el año. La vuelta al cole, el fin de las vacaciones, la recuperación de la rutina, los nuevos retos… muchas cosas comienzan con la llegada del otoño, y muchas veces no nos sentimos preparados para afrontarlas.

Por ello, es común que aparezcan síntomas como estos durante la época de la vuelta al cole y a la rutina:

  • Problemas para conciliar el sueño o por el contrario exceso de sueño
  • Trastornos en el apetito
  • Pereza para realizar actividades nuevas
  • Sentirse cansado todo el día
  • Tener dificultades para concentrarse

¿Y por qué sucede todo esto?

  • Añoramos el periodo de vacaciones.
  • Los días son más cortos y la falta de luz solar influye en el ánimo.
  • Comienza a hacer frío y estamos más vulnerables a los enfriamientos.
  • Los primeros meses del nuevo curso tenemos más gastos y nuestra economía se resiente.

Qué podemos hacer para empezar el otoño con buen pie

  • Procura que la “rentrée” sea paulatina. Si es posible, deja unos días para habituarte entre las vacaciones y el comienzo de la rutina.
  • Modifica tus horarios. Empieza a adelantar tu hora de despertar unos días antes y procura dormirte algo más temprano, para que así tu cuerpo y tu mente se vayan habituando poco a poco. En el caso de los niños esto es, si cabe, más importante, porque ellos no tienen la fuerza de voluntad de un adulto, y no va a haber forma de despertarles el primer día de cole.
  • Ponte metas cercanas. No pienses en las próximas vacaciones de verano. Es mejor pensar en un fin de semana largo que esté más cerca, un encuentro con familia o amigos que puedas organizar en poco tiempo, o bien algo que te motive y que vayas a emprender pronto, como unas clases de Zumba, por ejemplo. Procura tener ilusión por algo cercano.
  • Ve poco a poco. No quieras estar al día con todos los correos y tareas, tanto laborales como domésticas en dos horas. No pasa nada si los cristales tardan un día más en estar relucientes, si tu hijo va la primera semana con calcetines del año pasado o si tu bandeja de entrada de tu mail no se vacía el primer día. Organiza y prioriza las cosas pendientes y las irás resolviendo paso a paso.
  • Utiliza los recuerdos de forma positiva. Mirar las fotos del verano no tiene por qué hacerte sentir triste. Al revés. Piensa en lo bien que lo has pasado, en lo que has disfrutado, en lo que os habéis reído y observa la suerte que tienes de tener tantos amigos o una familia tan estupenda. Eso tiene que hacer que te sientas afortunado y te dará fuerzas para volver a vivirlo en cuanto tengas ocasión.

Pide ayuda profesional si lo necesitas

El otoño es una época de cambios, en la luz, en los colores, en la meteorología… pero los cambios no son malos, son una oportunidad para empezar cosas nuevas, renovarse y mejorar.

Recuerda que si te encuentras mal no tienes por qué afrontarlo solo: acude a profesionales de la salud que te acompañen y te den herramientas para afrontar el día a día.

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